miércoles, 25 de mayo de 2011

Pluralismo

Pluralismo es una palabra que está en boca de todos, pero ¿da igual dónde la utilicemos?
Una reflexión interesante:
¿Pluralismo de centros o pluralismo dentro de los centros?
"Los valores mencionados expresamente por la legislación española son aspectos del desarrollo personal que aceptan hoy sin grandes dificultades las diversas sensibilidades educativas. No se mencionan, en cambio, otras dimensiones -como la religiosa- en las que no existe el mismo consenso. En lo relativo a dichas dimensiones, descartada la pretensión de establecer escuelas neutrales, lo único exigible desde el punto de vista ético es que "el sistema educativo refleje y favorezca el pluralismo de cosmovisiones existentes dentro de la comunidad social en cuestión". Esto puede intentarse por dos caminos diferentes: "pluralismo dentro de cada centro educativo" o "pluralismo de centros educativos". Ambas soluciones tienen ventajas e inconvenientes:
El pluralismo dentro de cada centro educativo tiene la ventaja de reproducir dentro de la escuela la situación real de la sociedad, educando más fácilmente para la convivencia entre las distintas opiniones existentes. Pero tiene el peligro de alimentar el relativismo en los niños y jóvenes. El mayor problema de la escuela pública -ha escrito una mujer tan poco sospechosa de defender la privada como Victoria Camps- es "la debilidad ideológica, el no tener nada que ofrecer o que la oferta sea demasiado vacilante". Como no encierra ningún dogmatismo -más bien lo teme-, no dice qué se debe hacer. A nuestra educación le faltan ideas, contenidos". Y esa "educación débil produce seres desorientados".
El pluralismo de centros educativos se basa en el principio de que "todo grupo ideológico con existencia justificada dentro de la sociedad tiene el derecho -y la obligación correspondiente- de ofrecer y promover su peculiar proyecto educativo". En las escuelas inspiradas por una cosmovisión determinada, las ventajas y los peligros se invierten: la ventaja es formar más fácilmente individuos capaces de elaborar un proyecto vital y moverse por valores interiorizados; el peligro sería un cierto aislamiento cultural que prive del necesario entrenamiento para una convivencia plural.
(...)
El Estado debe posibilitar la existencia de ambos modelos escolares. Su obligación es garantizar a todos los ciudadanos una enseñanza de calidad, pero no necesariamente ofrecérsela por sí mismo. De acuerdo con el principio de subsidiariedad, en este campo como en cualquier otro, debe no sólo respetar sino también estimular las iniciativas surgidas de la sociedad".
GONZÁLEZ-CARVAJAL, L. "Entre la utopía y la realidad" Curso de Moral Social. Ed. Sal Terrae-Presencia Social. Santander, 1998. Pp. 290-293.

Me parece una reflexión muy interesante y objetiva, que no se limita a criticar un modelo u otro, creo que es realista al plantear las "ventajas" y "desventajas de una opción u otra. Todo aquello que nos lleve a posturas en las que no sepamos reconocer lo bueno de la opción contraria nos cierra a la posibilidad de comprender la riqueza del pluralismo.
Me parece que lo más lúcido es ser conscientes de los "peligros" que entraña el modelo que adoptemos, creo que es "casi" imposible encontrar un modelo perfecto a la hora de abordar el pluralismo pero en la medida que seamos conscientes de los "riesgos" que entraña el modelo que elijamos podremos afrontarlos y "paliar" sus posibles consecuencias.
En Educación, como en todo, es necesario una mirada atenta a los procesos, al camino que se va recorriendo, mirando también atrás para evaluar y ser críticos con nuestra práctica docente porque adoptar un modelo u otro no es garantía absoluta de nada, el qué hacemos con ello es lo esencial.
Y algo también muy importante que está detrás de todo ello es el tema de los recursos económicos públicos... no podemos obviarlo, ojalá cada familia pudiera escoger aquel centro que considera más acorde con su visión y su modo de entender la educación pero a día de hoy no es fácil.

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