sábado, 19 de marzo de 2011

La escuela ¿cómo una máquina?

Una imagen...
La máquina de la escuela (Tonucci).

Una imagen muy explícita de un modo de organizar la escuela, ¿es ésta la escuela que queremos?
Una escuela en la que entra diversidad pero que devuelve a la sociedad seres uniformes y seleccionados. Un escáner decide, ¿dónde se van quedando aquellos que no llegan al final? Clases diferenciales y especiales, repasos, trabajo de menores, drogas, bar, ignorancia... Una palabra fortísima: "desechos", sin comentarios.
¿Dónde queda la sonrisa con la que acceden los niños y niñas? Rostros inexpresivos, cuerpos rígidos, a cambio de cinco palabras: carrera, bienestar, cultura, dignidad, poder. Cinco palabras que yo cuestiono si son sólo para una élite: todos tenemos derecho a una educación, a cierto bienestar, a la cultura. La dignidad es inherente a todo ser humano por el hecho de ser persona ¿qué pasa con aquellos que se han quedado por el camino? Poder, todos tenemos poder, entendiendo "poder" en el sentido más fuerte de la palabra y no como dominación de unos sobre otros.
Un material didáctico que se nos escapa, adiós a la innovación, a la diversidad, a los recursos... anclados en la instrucción, todos los que van siendo seleccionados pasan por el mismo proceso, un libro y unos conocimientos que se introducen directamente en el cerebro: ¿dónde queda la reflexión, la crítica, la capacidad de razonar? Eso no es importante, lo que necesita la sociedad son personas que no se cuestionen, que den por válidas las prácticas y estilos existentes, que sigan sosteniendo el sistema: "sed buenos ciudadanos, la sociedad os espera".
La Educación como un proceso selectivo e instructivo, muy frío, ¿dónde están los recursos humanos? ¿dónde están los profesores? Las máquinas ocupan su lugar. Profesores convertidos en máquinas. Una crítica muy fuerte, podemos convertirnos en máquinas. Acomodarnos y responder "simplemente" al sistema, no tomarnos en serio nuestra vocación. Es más fácil ¿no?
Ante ella un cartel: Prohibida la entrada... por supuesto, porque si entran cuestionan, incomodan. Y al que está controlando no le interesa.
Fuera se quedan los juegos, la diversión, el aprendizaje "diferente". Fuera de esa valla se queda la VIDA.

¿Es ésta la escuela que queremos? Yo no.
Es un modo de escuela que actualmente se cuestiona pero a veces los cambios son más lentos de lo que nos gustaría, todo nos pesa para cambiar, para introducir la novedad, la reflexión, la crítica, pero poco a poco se va logrando gracias al esfuerzo y el buen hacer de muchos y muchas que están implicados en la tarea de la Educación.
Ojalá se pueda decir que es un modelo en "peligro de extinción" y que acabe totalmente extinguida.
Ana María  Navarro Espino.

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